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Congregación
del Verbo Divino

El encuentro de la comunidad SPRED, celebrando la catequesis inclusiva y la amistad.
De izquierda a derecha: Baruch Zinsou, seminarista SVD; Lou, seminarista de Agustino; P. Adam MacDonald, SVD; Brian Junkes, SVD; y Joe Quane, Director Ejecutivo de SPRED.

Misión de Presencia: Servir y Aprender de las Personas con Discapacidad

Baruch Zinsou
En el Teologado SVD de Chicago, la formación va mucho más allá de lo académico. Nos ofrece, a nosotros los seminaristas, la oportunidad de participar en experiencias pastorales que forman no solo nuestra mente, sino también nuestro corazón. Una de las experiencias más transformadoras que he tenido en mi camino formativo ha sido mi participación en SPRED (Desarrollo Religioso Especial), un ministerio que acompaña a personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo.

La reciente Celebración Jubilar para Personas con Discapacidades, realizada en Roma los días 28 y 29 de abril de 2025, fue una hermosa afirmación del creciente compromiso de la Iglesia con la inclusión. El Papa Francisco nos recordó que las personas con discapacidades no están en la periferia, sino en el corazón de la vida y misión de la Iglesia. Para quienes estamos en formación, ese mensaje resonó profundamente. Confirmó que estamos siendo preparados para servir a una Iglesia que debe ser radicalmente inclusiva, una Iglesia donde todos tienen un lugar y donde la dignidad de nadie es ignorada.

Este año tuve la gracia de regresar al ministerio de SPRED como catequista auxiliar, trabajando con niños de entre 6 y 10 años. Aunque es mi primera vez sirviendo a niños tan pequeños, la experiencia ya ha sido profundamente alegre y espiritualmente rica. Dentro de la Arquidiócesis de Chicago, SPRED ofrece una respuesta pastoral y catequética a un grupo a menudo desatendido en la Iglesia: las personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo, a quienes cariñosamente llamamos “Amigos”.

SPRED se organiza en torno a dos tipos de encuentros:

  • Sesiones de preparación para catequistas, donde nos reunimos con anticipación para orar, prepararnos y reflexionar;
  • Sesiones de comunidad total, donde nos encontramos con nuestros Amigos para compartir vida, fe y presencia de una manera delicada e intencional.

La misión de SPRED lo expresa con claridad:

“A través de pequeñas comunidades, acompañamos a nuestros hermanos y hermanas con discapacidades intelectuales y del desarrollo, mientras profundizamos en nuestra conciencia de Dios en la vida cotidiana y cultivamos un sentido de pertenencia dentro de las comunidades parroquiales locales y de nuestra Iglesia Católica universal.”

Este ministerio ha transformado mi forma de pensar sobre Dios, la misión, la comunidad y la liturgia. Me ha ayudado a entender que la inclusión no se trata solo de hacer espacio, sino de presencia, relación y transformación mutua. SPRED me ha sacado de mi zona de confort y me ha ayudado a vivir la visión SVD de una Iglesia que acoge a todos.

Aún más personalmente, SPRED se ha convertido para mí en un espacio de paz: un lugar donde puedo hacer una pausa, reflexionar y crecer espiritualmente. Es una comunidad donde no solo soy catequista, sino también compañero de camino. Compartimos la vida, las alegrías e incluso las luchas de una manera auténtica y llena de gracia.

Uno de los momentos más significativos de SPRED son las Misas mensuales bilingües, celebradas en inglés y español. Estas Eucaristías están adaptadas para que nuestros Amigos puedan participar plenamente, no solo como asistentes, sino también como ministros activos. Después de la Misa, compartimos un momento de Ágape: una comida fraterna con catequistas, familias e invitados. Estos momentos de mesa compartida y conversación son sagrados y poderosos, y construyen lazos que perduran mucho más allá de las sesiones.

Al participar este año en las Misas de SPRED en inglés y español, he podido comprender mejor las diversas necesidades y experiencias de nuestros Amigos. Esta conciencia me ha ayudado a estar más presente y ser más compasivo durante nuestras sesiones catequéticas.

A medida que el número de participantes en SPRED sigue creciendo, estoy convencido de que este ministerio no solo es esencial para la Iglesia en Chicago, sino que también es vital para nosotros como seminaristas SVD que nos preparamos para la misión global. Nos desafía a ir más allá de las nociones tradicionales del ministerio y ver la misión como relación, construida sobre la confianza, la humildad y la inclusión.

A la luz del Jubileo para las Personas con Discapacidades, SPRED se presenta como un ejemplo vivo de lo que puede ser una Iglesia inclusiva. A través de la catequesis adaptada, la liturgia inclusiva y el acompañamiento personal, SPRED nos ayuda a convertirnos en misioneros que no sirven desde la distancia, sino desde el acompañamiento cercano—misioneros que caminan con otros, que escuchan con profundidad y que dan testimonio de la dignidad de cada ser humano.

Como nos recordaron las celebraciones jubilares, esta es la Iglesia que estamos llamados a construir. Y como misioneros del Verbo Divino, esta es la Iglesia en la que estamos siendo formados para servir—una Iglesia donde todos pertenecen, todos son necesarios y todos son amados.

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