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Congregación
del Verbo Divino

Centro Ad Gentes Nemi

Un viaje sagrado para abrazar la transformación y la renovación

En un poderoso retiro espiritual de dos días (18 y 19 de junio), los participantes del Capítulo se reunieron en tierra sagrada para reflexionar y rejuvenecer bajo la guía del antiguo Superior General Heinz Kulueke. Bajo el lema «Transformación y renovación en el espíritu del Señor», se abordaron cinco aspectos cruciales de la vida religiosa misionera: Espiritualidad, Comunidad, Liderazgo, Economía/Finanzas y Educación/Formación.

El Padre Heinz Kulueke, conocido por sus profundas reflexiones y su viaje transformador, dirigió las sesiones. Hizo hincapié en las cuatro características de la labor religiosa misionera: Llegar a los demás, Transformar el mundo, Implicar a los demás y Vivir una vida centrada en Dios. Sus reflexiones ofrecieron un camino claro hacia la auténtica renovación y transformación, tocando las Direcciones Congregacionales y los Planes de Acción.

El Padre Heinz compartió su viaje para abrazar un mundo herido y enfrentarse a numerosos retos e incomprensiones. Se inspiró en los grandes y santos verbitas, que encarnaron la esencia de ser un discípulo digno de confianza y creativo en el mundo fracturado de hoy.

El retiro estuvo marcado por profundas sesiones de intercambio entre los participantes. En estas reuniones se intercambiaron pensamientos y se fomentó un sentimiento de hermandad. Un capitular, profundamente conmovido, expresó que la experiencia le había permitido una comprensión más profunda y personal de sus compañeros.

El acto de dos días culminó con una sentida sesión en la sala capitular, durante la cual los participantes expresaron su gratitud por la profundidad y sinceridad de sus reflexiones compartidas. Muchos, incluso los que no pudieron expresar sus pensamientos, sintieron que sus corazones estaban llenos de agradecimiento por la experiencia facilitada por el Padre Heinz.

El viaje espiritual culminó en una vibrante celebración de la interculturalidad, un poderoso símbolo de la unidad y la alegría que experimenta la familia misionera. La Zona PANAM animó la plaza con ritmos latinos, música y danza, simbolizando aún más la unidad y la alegría de la familia misionera. Los participantes se deleitaron con la alegría compartida, la comida, la música y el inestimable don de la unión, cerrando los días santos con una nota alegre y edificante.

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