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Sembrando semillas de respuestas misioneras creativas en el Capítulo General

Dentro de unos días, los miembros del XIX Capítulo General se reunirán en Nemi, marcando la culminación de un camino de tres años. Este viaje comenzó con un llamado colectivo a la acción, cuando iniciamos el proceso del capítulo solicitando aportes de nuestras Provincias, Regiones y Misiones (PRM), invitándolas a articular sus preocupaciones y proponer temas para nuestra deliberación colectiva.

A lo largo de este proceso, ha habido un esfuerzo concertado para participar en una reflexión y un discernimiento profundos, con el objetivo de tener claridad tanto sobre el estado actual de nuestra Sociedad como sobre la dirección que aspiramos a seguir en el futuro. Este esfuerzo se ha caracterizado por un espíritu de inclusión y colaboración, con voces de nuestras diversas provincias, regiones, misiones y grupos de socios laicos que participan activamente en asambleas, consultas y diálogos abiertos.

Mientras nos preparamos para reunirnos en Nemi, se nos recuerda nuestra responsabilidad compartida de permanecer vigilantes en la reflexión, profundamente en sintonía con las realidades que se desarrollan tanto dentro como alrededor de nosotros. A través de este discernimiento colectivo recorreremos el camino que tenemos por delante, guiados por la sabiduría y la visión colectiva de toda nuestra comunidad.

Capítulo general: conectar con el pasado, abrir nuevos caminos

El XIX Capítulo General no es un hecho aislado sino la continuación de un camino. Cada capítulo se ha basado en las ideas y orientaciones establecidas en los anteriores capítulos, forjando un camino de renovación y transformación para nuestra vida y misión como Misioneros del Verbo Divino.

El XV Capítulo General en 2000 introdujo el concepto de diálogo profético con cuatro socios de diálogo preferenciales, estableciendo un hito en cómo entendemos y participamos en la misión. Esta idea fundamental allanó el camino para que los capítulos siguientes profundizaran en varios aspectos de nuestra vida religiosa misionera. El 16º Capítulo General de 2006 vio la necesidad de mirar ad intra, utilizando el diálogo profético “como lente para enfocar algunos aspectos de nuestra vida como Misioneros del Verbo Divino”. Se identificaron cinco dimensiones de nuestra vida religiosa misionera (espiritualidad, comunidad, liderazgo, finanzas y formación), proporcionando un marco para la autorreflexión y el crecimiento.

El 17º Capítulo General, seis años después, enfatizó aún más la importancia de la interculturalidad, dedicándose a reflexionar sobre este tema y estableciendo orientaciones congregacionales para guiar nuestras prioridades y acciones. Este enfoque renovado en compartir la vida y la misión intercultural subrayó la necesidad de una base espiritual sólida, preparando el escenario para el tema del 18.º Capítulo General. El 18.º Capítulo General de 2018 nos llamó a fomentar un proceso de reavivamiento espiritual, enfatizando la centralidad de la Palabra de Dios en nuestra vida, vocación y misión. En este proceso de renovación y transformación nos encontramos y somos enviados al mundo, marcados por diferentes heridas. En el espíritu del diálogo profético, nos volvemos más sensibles a la realidad de la herida y al llamado a participar en Missio Dei como Missio Lucis. El XIX Capítulo General nos anima, iluminados por el Señor, a abrazar la realidad de nuestra vulnerabilidad y vivir nuestro discipulado de forma activa y creativa.

Con cada capítulo general estamos llamados a construir sobre los cimientos espirituales establecidos por nuestros predecesores y bajo la guía del Espíritu Santo, buscando nuevas formas de responder a los signos de nuestro tiempo y nuestro lugar. Esto subraya la importancia del capítulo general, porque como declaran nuestras Constituciones: “el capítulo general en sesión representa a toda la Sociedad y es su máxima autoridad legislativa interna” (616).

Capítulo General: representación de toda la Sociedad

El capítulo general, representación significativa de toda la Congregación y de sus intereses, es animado por los participantes de la administración general, los superiores de las PRM y los delegados de las PRM, los hermanos invitados y los observadores. Igualmente, importantes son los socios laicos SVD y las Hermanas SSpS, cuya representación fortalece aún más el vínculo dentro de nuestra Sociedad.

La composición de los capitulares, fiel reflejo de nuestra membresía internacional, es motivo de orgullo. Estos miembros del capítulo con derecho a voto provienen de 31 nacionalidades diferentes, un testimonio de nuestro alcance global. Actualmente, los países de nacimiento de nuestros miembros abarcan la impresionante cifra de 76. Entre los capitulares, tenemos 9 Hermanos, que representan el 7,5 % del total. Esto refleja el porcentaje de Hermanos de votos perpetuos en toda la Congregación, que se sitúa en el 6,8%.

Si analizamos los grupos de edad de los capitulares, dos tienen más de 80 años; seis tienen 40 años o menos. El grupo más grande es el de aquellos entre 41 y 79 años. Aunque no representamos a los cohermanos de votos temporales, ellos están presentes en este capítulo. Por primera vez fueron invitados a reflexionar sobre el tema del capítulo, siguiendo las dos guías de reflexión. Se pide a cuatro casas de formación que representan las cuatro zonas que envíen un breve mensaje al capítulo general.

El capítulo general es un lugar para experimentar toda la Congregación en su diversidad. Es crucial aceptar la diversidad como una fortaleza y no como un desafío. La representación de diversas nacionalidades y la inclusión de Hermanos subraya nuestra identidad colectiva y enriquece nuestras perspectivas. Nos recuerda que nuestra unidad en medio de la diversidad es la piedra angular de nuestra fuerza y resiliencia.

El segundo aspecto de la representación se refiere al ámbito de reflexión, deliberaciones y decisiones del capítulo general. Puesto que el capítulo representa a toda la Sociedad, la consideración de los capitulares debe abarcar a toda la Sociedad. Es el interés de toda la Sociedad lo que estamos promoviendo; es la misión de la Sociedad a la que apuntamos. El énfasis del capítulo en considerar los intereses de toda la Sociedad más allá de las entidades individuales significa un cambio hacia un enfoque holístico.

El Capítulo General como máxima autoridad administrativa interna y camino espiritual

Al igual que otras congregaciones, nuestro Capítulo General ocupa una posición significativa como máximo órgano administrativo de toda la Sociedad. Asume la tarea crucial de evaluar los últimos seis años, basándose en diversos informes, y trazar el rumbo para los próximos seis años. Además, desempeña un papel fundamental en la elección de cohermanos para dirigir, animar y coordinar a toda la congregación, implementando así las direcciones establecidas.

El Capítulo General no es sólo un ejercicio administrativo, sino un profundo camino espiritual. Es una plataforma para escuchar las experiencias y puntos de vista de cohermanos, socios laicos y hermanas de diversos lugares. A través de este discernimiento colectivo, nos esforzamos por comprender y responder a los desafíos misioneros que tenemos ante nosotros. El Capítulo General, con su esencia espiritual, sirve como catalizador, reavivando nuestra pasión y compromiso con nuestra vida religiosa misionera. Nos llama a hacer introspección, reavivar nuestra hambre espiritual e impulsarnos hacia un compromiso dinámico con nuestra misión, invocando un sentido de reverencia y devoción en cada uno de nosotros.

Como representantes de nuestra Sociedad, los capitulares en el Capítulo General desempeñan un papel importante. No son sólo asistentes, sino contribuyentes activos a los debates y decisiones que dan forma a nuestro futuro. El tiempo que pasan juntos en Nemi es para sintonizarse con los impulsos del Espíritu Santo y deliberar sobre asuntos de importancia, tanto individual como colectivamente. Su papel es crucial en la configuración del futuro de nuestra Sociedad, y confiamos en su sabiduría y discernimiento. Dentro de este marco de discernimiento orante, se desarrollan los debates del Capítulo General, situadas dentro del contexto más amplio de un proceso sinodal.

Después del capítulo general, se espera que los miembros del capítulo no sólo compartan las decisiones del capítulo. Es necesario también transmitir a los demás el espíritu fraterno vivido durante el Capítulo y tratar de vivirlo con los hermanos. Los capitulares son los animadores de las PRM para encender en otros la misma alegría y orgullo de ser miembros de la Sociedad del Verbo Divino e inspirarlos a seguir siendo transmisores de la Luz que es el mismo Señor.

Reflexionemos sobre el rico simbolismo del Capítulo General, que refleja el ciclo de la vida que se desarrolla ante nosotros. Como semillas plantadas en suelo fértil, los temas y aspiraciones echan raíces en nuestra conciencia colectiva. A través de la participación activa y la reflexión profunda, estas semillas crecen hasta convertirse en una visión vibrante que guía nuestro camino hacia adelante.

En el espíritu de nuestro Fundador, San Arnoldo Janssen, que buscó fervientemente la guía del Espíritu Santo durante los Capítulos Generales, invoquemos también la sabiduría divina para iluminar nuestros pasos. Prestemos atención a la invocacion de San Arnoldo al Espíritu Santo para que descienda sobre nosotros, concediendo claridad, discernimiento y unidad de propósito en nuestras deliberaciones.

Paulus Budi Kleden y el equipo de liderazgo

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